Parosmia: la secuela poco conocida del covid-19 que afecta el olfato

Cuando a finales de 2019 y principios de 2020 el covid-19 cambió nuestras vidas, al parecer para siempre, uno de los síntomas más comunes que ayudaban a identificar la enfermedad era la pérdida del olfato total (anosmia) o parcial (hiposmia). Según estadísticas mundiales, esto se presenta en aproximadamente la mitad de los casos y el periodo de recuperación varía entre semanas y años. Pero algunas personas sufren de una secuela menos conocida: la parosmia. Sigue leyendo para que conozcas de qué se trata, cómo afecta a quien la padece y qué se puede hacer.

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Olores distorsionados

Imagina que despiertas temprano en la mañana y sientes un olor a carne podrida o basura. Cuando sales de tu habitación, lo único que encuentras es a tu pareja preparando tortitas y bacón para el desayuno, algo que antes te parecía delicioso. Esto es la parosmia: una distorsión del olfato que hace que sientas algunos olores normales como desagradables. Los científicos todavía tratan de entender a qué se debe. Por los momentos, creen que el covid-19 provoca daños a los nervios responsables del olfato, así como a células que apoyan a estos nervios. Cuando los nervios comienzan a regenerarse, pudieran hacerlo de forma anormal, lo que quizás sea la causa de la distorsión.