Arriesgué mi vida para liberar a un oso de una red. Lo que pasó después me puso la piel de gallina (3 of 3)

Porque entendí esto: no es la fuerza la que nos define, ni el miedo, ni siquiera la supervivencia. Es la decisión de actuar cuando nadie más lo hará. En una carretera llena de gente que solo miraba, yo elegí detenerme. Y en ese instante breve e imposible, creo que el oso decidió decir gracias.