Si tu perro no deja de olfatear ahí, podría significar algo que nunca esperaste (2 of 2)
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Una mujer de Illinois contó que su perro, normalmente bien portado, se obsesionó con presionar el hocico contra su bajo vientre. Al principio se moría de vergüenza y lo tomó como un comportamiento indeseado. Pero como no paraba, se lo mencionó a su médico. Las pruebas revelaron después que tenía cáncer de ovario en etapa temprana. “Le debo la vida a ese perro”, dijo entre lágrimas. Y no es un caso aislado. En todo el país hay incontables relatos de perros que alertan a sus dueños sobre enfermedades que ni sabían que tenían.
Claro, no todo olfateo incómodo significa una crisis médica. A veces tu perro simplemente tiene curiosidad. Esa zona concentra olores naturales muy fuertes, y los perros están biológicamente programados para investigarlos. También puede ser una muestra de cariño o una forma de recoger información sobre tu estado de ánimo y tu salud. Al fin y al cabo, para un perro el olor es un idioma. Aun así, cuando el comportamiento aparece de repente, es persistente o se siente fuera de lo común, vale la pena prestarle atención.
Imagina esto: estás en el sillón, tu perro salta y, en lugar de acurrucarse, te mete el hocico entre las piernas con una determinación inusual. Es vergonzoso. Es molesto. Pero quizá—solo quizá—sea también la advertencia más importante que recibirás en tu vida.
Las personas expertas recomiendan fijarse en el contexto. ¿Tu perro de pronto se ha enfocado en esa zona más de lo normal? ¿Se muestra inquieto, ansioso o especialmente insistente? Si eso viene acompañado de otros síntomas sin explicación—dolor, cansancio o cambios en tu salud—quizá sea momento de ir con tu médico.
Así que la próxima vez que te suba ese calorcito de vergüenza porque tu peludo mejor amigo olfatea donde no debería, detente un segundo. Ríete si hace falta, pero recuerda: tu perro no quiere humillarte. Puede que esté tratando de protegerte de la única manera que sabe.
Y si le preguntas a quienes les salvó la vida el olfato increíble de sus perros, te dirán lo mismo: a veces, el momento más incómodo termina siendo una bendición disfrazada.