Parecen lindos patrones—pero lo que eclosiona te pondrá la piel de gallina
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Los vi por primera vez en una hoja de mi jardín: diminutos racimos negros, tan ordenaditos que casi parecían encaje delicado. Mi vecina pensó que eran manchitas inofensivas y se las quitaba con la mano. Pero cuando me incliné y entendí lo que realmente eran, se me revolvió el estómago. No eran manchitas de la planta. Y supe exactamente lo que venía después…
La primera vez que los noté, pensé que mis ojos me estaban engañando. Un parchecito prolijo de puntitos negros, en forma de estrella, pegados al envés de una hoja del jardín. A primera vista hasta se veía bonito: como un encaje diminuto estampado sobre el verde. Pero en cuanto acerqué la cara, se me revolvió el estómago. No eran motas inofensivas.
Eran huevos. Cientos.
Y si no hubiera sabido, quizá los habría pasado con la mano, creyendo que era tierra o moho. Pero estos racimos eclosionan rapidísimo y, cuando lo hacen, tu jardín puede pasar de frondoso a hecho trizas en cuestión de días.