“Nunca beses a los muertos”: La escalofriante advertencia del doctor deja a las familias conmocionadas (2 of 2)

Lo que muchos no saben es que la muerte no es silencio: es cambio. Las células se descomponen, el sistema inmunológico deja de funcionar y las bacterias del intestino, la boca y los pulmones se esparcen sin control por el cuerpo. Ese proceso puede generar gases, fluidos y partículas invisibles que podrían transmitir infecciones. “La mayoría piensa que sólo los vivos pueden enfermarte”, señaló Kent. “Pero en esas primeras horas, los muertos también pueden representar riesgos”.

Por generaciones, la gente ha despedido a sus seres queridos con un beso. Desde pueblitos en los Apalaches hasta funerales elaborados en Nueva Orleans, esas costumbres nacieron para honrar, no para hacer daño. Pero hoy, médicos y especialistas invitan a las familias a replantear esos rituales. En una época de resistencia a los antibióticos y de nuevas amenazas virales, el riesgo es mayor de lo que muchos imaginan. El consejo es simple: tómale la mano, retírale el cabello de la frente, apoya tu frente suavemente sobre la suya, pero evita el contacto directo con los labios o la boca.

El amor no pierde su sentido cuando te proteges. Una oración en voz baja, una mano sobre el hombro o incluso la simple presencia de la familia en la habitación puede tener tanta fuerza como cualquier beso. Como dijo Kent: “Tu ser querido jamás querría que su despedida te pusiera en riesgo. Hónralo, pero cuídate”.

La muerte ya nos quita demasiado. Nos arrebata voces que no volveremos a escuchar y rostros que no veremos sonreír de nuevo. No dejes que también te quite la salud. La próxima vez que el dolor te tiente a inclinarte para ese último beso, recuerda esta advertencia escalofriante: a veces, lo más amoroso que puedes hacer por quien se fue es mantenerte a salvo por quienes siguen aquí.