La bebé que nadie esperaba que sobreviviera ahora es una hermosa princesa
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Tessa Evans llegó al mundo el Día de San Valentín de 2013, un instante de amor que pronto se mezcló con el asombro cuando los médicos revelaron que había nacido sin nariz, consecuencia de una condición extremadamente rara. En todo el mundo existen apenas unos cien casos conocidos, y desde el primer minuto sus padres quedaron frente al miedo y la incertidumbre. La vida de la familia se convirtió en un laberinto de citas, consultas y preguntas sin respuestas fáciles. Aun así, en medio de tanta duda empezó a asomar la esperanza: los médicos presentaron un plan pionero que podía cambiarlo todo…
Tessa Evans llegó un 14 de febrero de 2013, día que el mundo asocia con rosas, corazones y amor. Su familia recuerda sus primeros instantes con esa misma calidez: los deditos cerrándose, los labios insinuando una sonrisa mínima. Pero junto a esa alegría apareció el desconcierto. Había algo en su recién nacida que era sorprendentemente distinto: Tessa había nacido sin nariz.
Los médicos diagnosticaron con rapidez el síndrome de Bosma, arhinia y microftalmia (BAM), una condición tan poco común que solo hay alrededor de un centenar de casos en el planeta. Para sus padres, la noticia fue abrumadora. ¿Cómo enfrentaría su bebé, tan hermoso y tan frágil, un futuro tan incierto? En esos primeros días nadie tenía una respuesta clara.
La vida familiar se volvió un ir y venir de estudios, consultas y decisiones sin salida fácil. Sin embargo, la esperanza empezó a tomar forma. Los especialistas vieron en Tessa no solo a una paciente, sino a una pionera. Creían que su historia podía reescribir lo posible para niñas y niños que nacen con esta condición.
Con tecnología de punta, los médicos recurrieron a la impresión 3D y al arte del tatuaje médico para crear una solución revolucionaria: una estructura nasal pensada para crecer junto con ella. Gracias a esta innovación, Tessa no tendría que someterse a interminables cirugías mayores; su “nariz” podría remodelarse y ajustarse de forma gradual a medida que madurara, dándole una apariencia más natural y la oportunidad de una infancia mucho más cercana a la normalidad.