¿Cuáles signos del zodiaco son las mejores (y peores) esposas (4 of 7)
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6. CAPRICORNIO (22 de diciembre — 19 de enero): La Potencia de la Precisión y la Práctica
Casarse con una mujer Capricornio es como ingresar a una máquina bien aceitada donde todo funciona con eficiencia, estructura y planificación meticulosa. Ella no permite el caos, y a la espontaneidad la ve como un gusto ocasional en lugar de un estilo de vida. Ya sea manejando las finanzas, planeando las vacaciones familiares o estructurando las actividades extracurriculares de los niños, maneja el hogar como una empresa Fortune 500, completa con hojas de cálculo codificadas por colores y cronogramas perfectamente ejecutados.
¿Romance? ¿Pasión? Claro, hará tiempo para eso. Pero no esperes que sea impulsivo o sin planificar. Si la intimidad está en la agenda, confía en que ya está anotada en su Google Calendar, probablemente colocada entre “Renovar póliza de seguro” y “Comprar alimentos orgánicos”. No es una que olvide aniversarios, pagos de servicios o citas médicas, su sistema de organización mental (y digital) es más eficiente que el de cualquier asistente personal. Práctica, responsable y siempre cinco pasos adelante, es una fuerza a considerar, una pareja que mantendrá la vida en perfecto orden mientras asegura que nunca falte un pago… o una cita planeada.
7. GÉMINIS (21 de mayo – 20 de junio): La Aventurera Ingeniosa con un Millón de Historias por Contar
Ahora nos adentramos en el ámbito de lo impredecible, donde el material de esposa se vuelve un poco más… excéntrico. ¿Y quién lidera la marcha? La siempre enigmática Géminis. Si planeas casarte con una, prepárate, porque la vida con una mujer Géminis es cualquier cosa menos ordinaria.
Una mujer Géminis tiene un flujo interminable de historias, la mitad de las cuales parecen no tener un final claro. Comenzará hablando de su día y de alguna manera terminará recordando una anécdota de su infancia sobre el día que se perdió en un supermercado. ¿Llega alguna vez al punto? No realmente. ¿Pero importa? Para nada. Su encanto reside en los desvíos, las digresiones y los remates inesperados que te hacen preguntarte cómo llegaste hasta ahí.
Casarse con un Géminis significa abrazar lo impredecible. Es espontánea, olvidadiza, infinitamente curiosa y siempre lista para mover las cosas.