Terapia Presencial: El Camino Más Comprobado hacia el Bienestar Mental (2 of 3)

El entorno terapéutico permite una mejor participación

La capacidad de sentarse físicamente en la oficina de un terapeuta crea un espacio seguro, confidencial y libre de distracciones para tratar sus desafíos de salud mental. Entrar en un entorno de tratamiento presencial dedicado le indica al paciente que está ingresando a un espacio donde se fomenta y respeta la vulnerabilidad. Además, el entorno constante ayuda a los clientes a prepararse mentalmente para la introspección y el trabajo emocional. En contraste, piensa en todos los problemas que enfrentas habitualmente cuando simplemente estás en Zoom o Facetime con un amigo. Tu teléfono suena constantemente. Perros ladran. Familiares haciendo tonterías en el fondo. ¡Ahora imagina intentar pasar por una sesión terapéutica importante con todo eso sucediendo! Es casi imposible.

Fomenta un vínculo terapéutico más fuerte

El vínculo entre el terapeuta y el cliente es quizás el predictor más crítico de resultados terapéuticos exitosos. La confianza, la empatía y la comprensión mutua forman la base de esto. El tratamiento presencial facilita naturalmente el desarrollo de estas cualidades a través de la presencia física compartida y la capacidad de respuesta en tiempo real. Además, el tratamiento presencial permite a los terapeutas ofrecer gestos de apoyo pequeños pero significativos. Piensa en un asentimiento tranquilizador, una expresión facial compasiva o una pausa bien calculada que demuestre que entienden lo que estás diciendo. Es mucho más difícil realizar tales comportamientos en sesiones virtuales.