View 5 slides
8 Señales de que es hora de programar una cita con un terapeuta

Advertisement
¿Alguna vez te has dicho a ti mismo, “Realmente debería programar una cita con un terapeuta,” solo para posponerlo una y otra vez? Tal vez te has convencido de que lo que sea que estás enfrentando simplemente pasará, o que realmente no necesitas terapia porque hay quienes están peor. Yo también he estado en ese lugar, diciéndome que solo estaba cansado o estresado, cuando en el fondo sabía: necesito ayuda. Aun así, la idea de encontrar tiempo para programar una cita con un terapeuta me resultaba abrumadora, especialmente al equilibrar trabajo, familia y una docena de tareas pendientes.
Pero aquí está la cosa: cuando constantemente dejamos nuestra salud mental en segundo plano, lo pagamos de otras maneras. El agotamiento se infiltra. Nuestras relaciones se vuelven tensas. Nos desquitamos con nuestros seres queridos, dejamos de dormir bien o nos sentimos desconectados de lo que antes nos hacía sentir vivos. Es en ese momento cuando debemos dejar de dudar y buscar terapia intencionalmente. No esperes a que todo se desmorone para hacer esa cita con el psicólogo que has estado evitando.
La terapia no es solo para aquellos en crisis. Incluso si te las estás arreglando, programar sesiones de terapia puede ayudarte a mantenerte centrado durante grandes transiciones, decisiones difíciles o simplemente el estrés diario. Si te has estado diciendo, necesito ayuda, escucha esa voz. Haz el tiempo. Agenda terapia. Programa esa cita con el terapeuta. Porque mereces apoyo, no solo sobrevivir.
1. Tus relaciones están sufriendo
Cuando tu salud mental sufre un deterioro, tus relaciones suelen seguir el mismo camino. Podrías alejarte de las personas que más te importan o, sin siquiera darte cuenta, empezar a actuar de maneras que alejan a los demás. Tal vez te has vuelto distante, demasiado sensible o has empezado a dudar de cada interacción. Ese fue mi llamado de atención: seguía pensando que necesitaba ayuda, pero no sabía por dónde empezar. Si esto te suena familiar, podría ser hora de programar una terapia y dejar que un profesional te ayude a reconstruir lo que se ha debilitado.
La ansiedad social, el trauma no resuelto o incluso el estrés cotidiano pueden llevar a límites confusos, a la defensiva o a patrones tóxicos. Pero cuando buscas terapia, obtienes las herramientas para comunicarte claramente, establecer límites saludables y reconectarte con las personas de maneras significativas. Todo comienza cuando programas una cita con el terapeuta. Cuanto antes lo hagas, antes comienza la sanación.