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Cuando la naturaleza se vuelve creativa: El fascinante mundo de las frutas con formas

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Si alguna vez has soñado con una sandía en forma de cubo o una pera con la cara de Buda, el fascinante mundo de las frutas moldeadas seguramente captará tu interés. Usando moldes especialmente diseñados, los cultivadores están transformando productos ordinarios en creaciones extraordinarias, desde pepinos en forma de corazón hasta calabazas con forma de calavera. Estas frutas y verduras únicas aportan un toque lúdico tanto a los jardines como a las tiendas de comestibles, haciendo que los productos cotidianos sean un poco más divertidos.
El concepto es sorprendentemente sencillo: se colocan moldes personalizados sobre las frutas o verduras en crecimiento, guiándolas para adoptar formas llamativas a medida que maduran. Es como la naturaleza se encuentra con el diseño, resultando en productos que parecen salidos directamente de un cuento de hadas. Aunque la idea de dar forma a los alimentos ha existido por un tiempo, las técnicas modernas la han llevado a un nivel completamente nuevo, convirtiendo lo que una vez fue una rareza en una creciente tendencia global.
El enigmático árbol que da frutos con forma de mujer
¡Pero primero, escuchemos una leyenda! En el corazón de Tailandia, un árbol peculiar ha generado intriga e incredulidad en internet. Este árbol extraordinario parece dar frutos con forma de mujeres jóvenes, dejando a muchos fascinados y escépticos. Mientras que algunos quedan hipnotizados por la asombrosa semejanza, otros cuestionan la autenticidad de las imágenes virales.
Este fenómeno no es solo una sensación de internet; se remonta a la antigua mitología budista. Según la leyenda, el árbol Nariphon, una maravilla botánica encantada, existe en Himaphan, un bosque místico oculto del mundo ordinario.
La historia se origina con Indra, una poderosa deidad de la tradición budista. Cuando su esposa, Vessantara, se aventuró en el bosque para recolectar alimentos, enfrentó amenazas constantes de seres masculinos peligrosos que acechaban en las sombras. Para protegerla, Indra ideó un plan ingenioso: creó 12 árboles Nariphon, cada uno con frutos que reflejaban la forma de una hermosa joven.
Aunque el mito es cautivador, el escepticismo moderno prevalece. Se rumorea que dos vainas de Nariphon están preservadas en un templo budista cerca de Bangkok, añadiendo misticismo a la historia. Sin embargo, con la pujante industria turística de Tailandia, los souvenirs y réplicas inspirados en Nariphon se han vuelto comúnmente disponibles, alimentando la especulación y los engaños.
A pesar de la ambigüedad, la leyenda del árbol Nariphon sigue encantando tanto a creyentes como a escépticos. Ya sea una reliquia de la mitología antigua o una ilusión elaborada, algo es indudable: el relato de este árbol misterioso captura la imaginación, uniendo el folclore con la eterna fascinación humana por lo inexplicado.